domingo, 19 de septiembre de 2010

Líbranos del mal

El sábado, leyendo la prensa provincial, me entere que este lunes comenzaba el juicio por el caso Malaya, mientras leía, en mi mente se fundían ideas y recuerdos de Marbella y de Benalmádena, dos pueblos vecinos que desde mediados de los noventa han seguido caminos paralelos desde el punto de vista político. Tanto Marbella como nuestro pueblo, han sido diezmadas económicamente por partidos independientes y situadas en el centro del mapa de la corrupción urbanística. Tanto un pueblo como el otro tienen un denominador común, políticos ególatras de dudoso pasado al frente de partidos independientes. En el caso de Marbella, la justicio alcanzo a encarcelar a algunos de los culpables, pero este no es el caso de Benalmádena, aquí la época de Enrique Bolín y su mano derecha Enrique Moya, siempre ha estado impregnada de sospechas, desde las correrías de Bolín en Gibraltar, los negocios de Sandokán, la eterna sospecha de Nieto o el hotel en el Caribe del tránsfuga García Santana, hasta la reciente moción de censura que llevo a la alcaldía al siempre bolinero y hoy del PP, Enrique Moya.
Nuestro pueblo lleva ya muchos años siendo maltratado por políticos independientes, políticos que no dudan en pasar de un partido a otro, políticos sin principios cuyo único fin es sobrevivir. Las últimas tres legislaturas en Benalmádena, han estado siempre jalonadas de tránsfugas, que traicionaban a sus compañeros para ir de partidos independientes al PP, o viceversa, y hoy en día, aun nos gobiernan los que han sido tristes protagonistas de las tres ultimas legislaturas. Enrique Moya lleva ya quince años, quince años si, gobernando con tránsfugas, antes en el Gib-BOLIN y ahora en el PP. En nuestro pueblo, el PP, los independientes y las voluntades compradas de los tránsfugas, han formado siempre un triangulo maldito que ha ahogado y ninguneado la voz del pueblo.
Dentro de algunos meses habrá de nuevo elecciones y seguro que aparecen nuevos partidos independientes, partidos cuyas campañas costaran mucho dinero, pero mucho más de lo que sus dirigentes y miembros pudieran conseguir, y estoy seguro que me harán fruncir el ceño y arquear mis grises cejas, porque sé que algún padrino pondrá la pasta que tu y yo pagaremos si consiguen gobernar.
En fin señor ……………………………………………………….. líbranos del mal.

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